sábado, 27 de diciembre de 2008

moooovies



Me gustan las películas.

Me gustan las películas tanto que me parece justo (y necesario) fomentar este amor. Tanto, que hare una pequeña lista de lo que, segun mi humilde opinión, son películas imperdibles para cualquier persona amante del séptimo arte.
PERO (porque toda buena película tiene un pero), ahi no termina la historia; nononono.... como valor agregado, si alguno de los que lee este blog desea ver una de estas películas y por algun motivo del insensible destino no lo ha podido hacer, se puede comunicar conmigo y yo, gustoso, se la hare llegar. Si, como leyó, se la hare lle-gar.

(el orden de las películas no guarda ningún tipo de orden valorativo)



- Fight Club (El club de la Pelea).
Año: 1999
Director: David Fincher

- Heat (Fuego contra fuego).
Año: 1995
Director: Michael Mann

- Le fabuleux destin d amelie poulin (Amelie)
Año: 2001
Director: Jean-Pierre Jeunet

- Leon: The Professional (El Profesional)
Año: 1994
Director: Luc Besson

- Man on Fire (Hombre en Llamas)
Año: 2004
Director: Tony Scott

- Old Boy (y toda la trilogía de la venganza) - Hipnosis Mortal
Año: 2003
Director: Chan-wook Park

- A clockwork orange (La Naranja Mecánica)
Año: 1971
Director: Stanley Kubrick

- Eternal Sunshine of a Spotless Mind (Eterno Resplandor de una mente sin recuerdos)
Año: 2004
Director: Michel Gondry

- Amores perros
Año: 2000
Director: Alejandro González Iñárritu

- The Darjeling Limited
Año: 2007
Director: Wes Anderson

- Good Fellas
Año: 1990
Director: Martin Scorsese

- The Dark Knight (Batman: El Caballero de la Noche)
Año: 2008
Director: Christopher Nolan

- Pulp Fiction
Año: 1994
Director: Quentin Tarantino

- Schindler's List
Año: 1993
Director: Spielberg

- Cidade de Deus
Año: 2002
Director: Fernando Meirelles

- American Beauty (Belleza Americana)
Año: 1999
Director: Sam Mendes

- American History X
Año: 1998
Director: Tony Kaye

- Requien for a Dream (Requiem por un sueño)
Año: 2000
Director: Darren Aronofsky

- Sin City
Año: 2005
Director: Frank Miller

- No country for Old Men
Año: 2007
Director: Ethan & Joel Coen

viernes, 26 de diciembre de 2008

Christmas for Dummies


De niño creía en Papa Noel porque era un convenido. No me interesaba el calor que podía sentir en ese traje acolchado ni tampoco me impresionaba su poder de distribución, precisión y logística. En realidad, en lo único que me fijaba, era en mis regalos. Los mismos que creía, sabía, merecer por haberme portado bien durante casi todo el año; pero, en especial, por tener que tomar chocolate caliente en pleno verano y; después, soportar el dolor de panza.

De adolescente, deje de creer en él a la fuerza. Mi mamá prefirió inculcarme la caridad y agradecimiento a la ilusión. Prefirió decirme: Mariano, Papa Noel no existe para ti; pero, para ellos, no hay nada mejor. Y así, mi hermano y yo, empezamos a disfrazarnos, cada vez que podíamos, y visitar albergues con niñitos pobres y dar regalos. Entendí que es mejor dar lo que puedas, así no sea mucho, así no sea suficiente, a quedarte sentado en la sala de tu casa esperando a que alguien baje por la chimenea.

Hace uno días uno de mis mejores amigos me contó que extraña las navidades en Lima, que extraña creer en Papa Noel, que extraña no poder dejar de ver lo real, sustancial, del asunto. Desde que vive allá, las Navidades son blancas debido a la nieve y no al algodón de los arreglos. Allá, la media con dulces se coloca, verdaderamente, en una chimenea. Se percato que, a diferencia de los duendes y unicornios, los renos si existen; y que los pinos de verdad son más estéticos que los de plástico, pero que su belleza es efímera.

No sabía si decirle que el está más cerca al Polo Norte, que aproveche. Que, si yo estuviese ahí, en su situación, no perdería el tiempo y empezaría con los pedidos. Que empiece a pedir las cosas que realmente quiere, las cosas que realmente necesita.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Melón y Melame


Melón y Melame fueron a jugar golf, Melón llevo los palos y Melame las pelotas. Esa, fue la primera vez que escuche de tan maravillosos hermanos; maravillosos y gemelos: doblemente maravillosos.

Siempre fueron más amigos que hermanos, más unidos que pegados. Seguramente han escuchado aquellos mitos que dicen “(…) si uno de ellos se golpea, al otro le duele.” O, la también exagerada, “Si yo me asusto, el que tiembla eres tú”… la realidad, como en casi todas las situaciones, es un poco menos inspiradora, un poco menos emocionante y un poco más dura. La verdad, con estos gemelos, es que si uno se golpeaba y lloraba desconsolado, el otro lloraba no porque sentía dolor; sino, por la impotencia de ver a su hermano, su compañero, adolorido y no poder hacer nada para remediarlo. Lloraba porque esperaba, rezaba, que Diosito en toda su misericordia, le quite un poco de dolor a uno y se lo de al otro… sabían que juntos lo iban a poder superar o, por lo menos, sobrellevar.

Melón y Melame nacieron en el vientre de una familia de "esas". De esas que los libros cuentan, de esas que las películas enseñan; de esas que todos envidian. Sus padres fueron (y, según cuenta la leyenda, siguen siendo) los mejores ejemplos a seguir; son la honestidad, son la bondad, son el amor y la comprensión hechos pareja. No había noche en que alguno de los heroicos gemelos deje de pedir ser, en un futuro, aunque sea la mitad de lo que sus padres habían sido con ellos... sabían, por experiencia y conocimiento de causa, que esa mitad sería suficiente como para hacer a cualquier hijo el más feliz de todos.

Ahora, es el turno de la princesa, su reina. Tienen una hermana y no, no es una hermana cualquiera. Es la hermana mayor, es la razón por la que Melón y Melame nacieron hombres, es la razón por la que ellos saben comportarse, es la razón por la que ellos son como son. Es la que alumbra sus ojos, la que lleva el compás de sus corazones, la que hace que tengan que hacer muecas para dejar de sonreir Si, ellos se mueren por ella; ellos se mueren sin ella.

La familia no termina ahí, noooo no no no señores, falta mencionar al monstruo, a la bestia. Es el hibrído resultante de la noche de copas (y sus excesos) de un oso polar, un tigre de bengala sanguinario y el mismismo chupacabras. Tiene nombre de humano para aparentar ser un animalito civilizado; sin embargo, todos sabemos que sus ronquidos al dormir, cual paquete desmaterializado, son fingidos. Todos sabemos que cuando se hace un lado, amorosamente, no es para compartir su comida contigo; sino, para agarrarte desprevenido. Todos sabemos que cuando se echa a tu costado, pancita arriba, es porque quiere que lo quieras tanto como el te quiere a ti. Así como también,todos sabemos que por más que este triste, adolorido o malhumorado, no hay día en que no venga y te arme una fiesta a tu llegada; por si las moscas tu estes más triste, y no sienta que te venció con ventaja.

Aunque... derepente, no sabemos nada. Derepente no es el monstruo que dicen que es; derepente, es bueno; derepente, su amor no es falso; derepente es la bestia perfecta, el complemento familiar.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Lo peor de todo

Sólo quiero que me engrías. Sólo quiero escuchar cuanto me quieres y lo mucho que me necesitas. Sólo necesito recordar lo que en algún momento me hiciste sentir, lo indispensable que fui. Sólo necesito verme reflejado en tus ojos y saber que aún eres mía.

La memoria es mi enemiga, traicionera. Me enamoró con recuerdos llenos de colores y sensaciones llenas de realidad, me traicionó de la peor manera: sin recibir a cambio nada más que mi desprecio y odio eterno. Si pudiera elegir, sería el desmemoriado más feliz de todos. Elijo vivir sin recuerdos que me atormenten, sin imágenes que se resisten a partir y que se reflejan sin pedir permiso, sin saber cuanto daño hacen. Recordar es para los fuertes, de eso no tengo duda. Ya no quiero recordar, no me quedan fuerzas.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Te encontré



- Oye, oye… Mira… ¿Y ella? ¿Qué linda, no?
-¿Quién? ¿Dónde?
- Allá, al fondo… Ella, la morochita, la linda.

En 11 días te vas. En exactamente 11 días vas a estar a más de 24 horas de distancia. A más de 24 horas de distancia a velocidad de avión. Yo corro a velocidad de triciclo, seguro me demoro más. Diablos. En 11 días vas a estar muy lejos. Demasiado lejos para mi gusto. Demasiado lejos de aquí, de mí.

Hace casi 2 años que te conocí, hace casi 2 años que te vi por primera vez, que te vi por mucho rato, que me quedé prendido de ti. No estoy seguro que fue lo primero que te dije, no estoy seguro si fui yo el que lo dijo, seguro que si. Seguro lo pensé mucho rato antes de armarme de valor y decirte algo, antes de decirte cualquier cosa supuestamente intrascendente, trivial.

No fue tan fácil acercarme, tengo que confesarlo. No fue tan fácil acercarme siendo tu tan linda. Tenía que escoger muy bien las palabras, ordenar mis ideas, no podía malograr la oportunidad, no podía dejar que pienses que era un idiota que se acerca a pedirte tajador. No podía cruzar el salón, acercarme a tu carpeta, mirarte a los ojos y pedirte un útil escolar. Tenía que explicarte el verdadero motivo, tenías que entender que la punta de mi lápiz era lo último que me interesaba. Que si me acerqué fue por la necesidad de conocerte, de hacerte entender que necesitaba estar cerca tuyo más de lo que mi lápiz necesitaba ser tajado, mucho más.

Me acerqué. De cerca eras más linda, deslumbrabas. No lo podía creer, tanta práctica mental, tantas veces las mismas líneas repetidas, las mismas frases “casuales”, graciosas y espontáneas, al tacho. Me acerqué y no sabía que decirte:

- Hola… me acerqué para conocerte… te juro tenía un dialogo mental perfecto. Tenía todo pensado, todas las posibilidades. Todas tus posibles respuestas, tenían una réplica efectiva de mi parte. Sabía que tono de voz usar, que comentario hacer para verte sonreír, para que te acuerdes de mí. Pero cuando te vi, me olvidé. No me preguntes como me llamo, seguramente no me acuerdo. Lo único que me interesa, en lo único que pienso es en ti, en seguir viéndote.

No le podía decir eso, de ninguna manera. No supe como actuar.

- Hola… me prestas tajador?
- Si, ten
- (Ay dios.. hasta su voz es linda.. ya Luciano!, concéntrate!, mantente relajado, tranquilo!) Ya, gracias… Ahorita te lo traigo… Quieres estar conmigo?
- Qué?
- No, que ahorita te lo traigo y que me provoca un higo… (un higo? Es lo mejor que se te ocurrió!? Estás seguro??)

Perdí la primera batalla. Para ella no soy más que un gordito come higo. Tengo que demostrarle que soy más que eso. Gordito podré ser, pero come higo, jamás!

Poco a poco te fui conociendo, cada día un poquito más, cada día un poquito mejor. No sabía disimular mi felicidad al verte; la sonrisa era evidente, gigante, vergonzosa. Yo te hice mi amiga y tú me hiciste feliz. Me sigues haciendo feliz.

Hace casi 2 años que eres parte de mi vida, que me alegra tu presencia, tu carita. Hace casi 2 años que te siento cerca y ahora, dentro de 11 días, no lo vas a estar. Si te extrañaba sabía donde buscarte, que ruta tomar, que calles manejar. Pero ahora? Cuando no estés cerca? Dónde te busco? Dónde te encuentro?
Ya lo sé, no tienes que decírmelo, si lo sabía. Vas a estar cerca, más de lo imaginábamos. Es aquí mismo, en el centro, en la cavidad torácica, justo aquí, dónde iba mi corazón. No te preocupes que ya te encontré.

viernes, 21 de noviembre de 2008

El fino Ramiro


... Ay dios mío, y ahora qué invento? Qué nombre pongo... Ya sé... Me debo cuidar… Qué inteligente que eres Ramiro... Que inteligente.


Nombres: José Ramiro
Apellidos: Castro Prado
Ocupación: Actor
Domicilio: Hollywood-California-United States of America.
...

-Oiga, no se haga el gracioso, deje de escribir sonseras, esto es serio. Cómo que Hollywood, lo encontramos en el sanjón, calato.
- Óigame usted a mi, que me hayan encontrado en el sanjón comiendo tallarines, justo bajo ese puente, a mitad de una conversación, no es indicador de nada. Justo pasaba por ahí, me invitaron a comer. Soy actor: el galán, se nota, mire el perfil.
- Ah, ya veo… Es loco usted.
- Loco? No señor, no lo podría afirmar. Quién soy yo para definir la locura. Quién soy yo para determinar, para juzgar a quien perdió la razón. Por lo menos ahora no puedo, no sin antes conocer los motivos. Ni que estuviera despertando a la gente, fastidiando porque si.
- Los motivos? Despertando? Qué motivos oiga, estaba asustando a los perros del puente, ladrándoles. Qué más motivos quiere?
- Ladrándoles dice… se nota que usted no habla en canés, se nota que usted no reconoce una conversación profunda y sincera- no le hagas caso Rubén- mirando a su bolsa llena de trapos y periódicos- no le hagas caso que no sabe lo que habla, es de los locos, lo reconocí a simple vista.
- Lo que me faltaba: loco, charlatán e idiota. A ver señor… -mirando el registro de nombres- José, si usted no está mentalmente desequilibrado, que hacía bajo ese puente, a esas horas.
- Lo que yo haga o deje de hacer, no es de su incumbencia. Así que: o me deja salir, o me pongo como usted, loco- No Rubén, no podemos hacer eso, no de nuevo, no me lo pidas por favor, estoy cansado, ya no más…-
- Me parece o le está hablando a la bolsa?
-No por favor, no me hagas hacerlo, ya no quiero… (Metiendo la mano en su bolsa)
- Oiga, que tiene ahí, saque la mano. Cuidado, no, no…


Mi nombre es Ramiro, Ramiro José Castro Prado y si, soy desde hace 29 segundos, y contando, prófugo de la justicia. De nuevo. Espero disculpen la mentira, la omisión de la verdad, espero me comprendan. Tuve que hacerlo, no lo podía evitar. Tenía que cambiar mi nombre al momento de registrarme. No iba a ser tan inconciente de poner mi nombre verdadero en los registros de una comisaría.
No lo haría, no conociendo a Rubén, no sabiendo la posibilidad latente de que ocurra lo que ocurrió. No lo haría, ni que estuviera loco. No, ni loco.
A veces cambio mi nombre por otras circunstancias, a veces me presento como Ramiro José Castro y Prado. No sé, pero creo que le da un toque de caché. Un toque refinado. El prestigio y la clase vienen, según dicen, en forma de consonante, en forma de Y.

No es la primera vez que me sucede, no creo que sea la última. Ay dios mío, cómo me gustaría que lo fuera. Ya no puedo más con esto, no lo podría resistir una vez más.
No, ni una vez más. No me gusta correr, no así, no a las apuradas.

Tengo 48 años, dos hijos, cero esposas, un perro que se me perdió anteayer, dos piernas flacas, una cara larga con pelos, una bolsa que me pide cosas feas y si, una pistola de verdad, de las que hacen bulla, de las que desmayan para siempre.

Rubén es mi amigo. Es mi amigo y mi bolsa. Me acompaña. Cuando me acompaña, yo lo quiero.
A veces, cuando hace mucho sol, cuando hace mucha hambre o cuando me hacen muchas preguntas, Rubén me pide cosas. Me pide cosas feas. Me pide que saque mi pistola. Me pide que la saque y que desmaye a la gente. Que los desmaye para siempre. Cuando me pide cosas, yo no lo quiero.

No entiendo cual es el problema con la gente, hay mucho loco en la calle. La ciudad no es la misma de antes, hay que cuidarse. Si, cuidarse de los locos, de los locos de la calle. Antes, uno podía andar tranquilo, sin preocupaciones, sin miedo a encontrarse con uno de ellos. Antes podía dormir relajado, podía recostarme en las bancas, bajo el puente, en las calles, mis calles. Los locos son malos, no me dejan dormir. Yo sólo quiero dormir.

Los reconozco, los reconozco desde lejos, no crean que no. Soy muy listo. Andan en parejas, con sus cascos y macanas. A las macanas las conozco, a los cascos no. Las macanas duelen, duelen cuando te las avientan en la cabeza. Los cascos no los avientan. Creo q no sirven.

Los locos son mentirosos, malos. Se acercan silenciosos, precavidos, preparados.

- Amigazo, acá no puede descansar, es la vía pública.
- Este… si señor, pero se equivoca. No es la vía pública, es mi cama, sólo que mi esposa está limpiando la casa y tuve que sacarla al parque.
- Señor, o se para de la banca, o viene con nosotros.

...Es en estos momentos cuando todo se pone confuso. Lo único que hago es invitarles tierra. Cómo les tengo un justificado miedo, no se las puedo dar en la mano, así que se las lanzo. Ellos, aparente e injustamente confundidos, optan por devolverme el saludo, sólo que, como no tienen tierra a la mano, me lanzan las macanas a la cabeza. A la cabeza o a la cara. Nunca al cuerpo, siempre a la cara. Es en esos momentos, luego de recibir el saludo, que me despierto en el asiento de atrás de un patrullero. Listo para ir a la comisaría. Una vez más.

Es ahí, justo ahí, cuando empieza todo de nuevo.

... Ay dios mío, y ahora qué invento? Qué nombre pongo...
Hoy, me siento fino. No soy cualquiera, soy Ramiro, Ramiro José Castro y Prado, soy Ramiro. El fino Ramiro.

jueves, 20 de noviembre de 2008

y quien dice que no es terapia?

Me perdí.


Lost, serie de culto, me cautivó desde el primer capítulo. No se si empecé a verla por aburrimiento, por vicio o por curiosidad. REALMENTE no se qué es lo que tiene. De repente que también es una de sus series favoritas, de repente porque sentía que si veía todos los capítulos, que si no me perdía nada, que si prestaba mucha atención, tendríamos más cosas en común: mas cosas para conversar: mas cosas para querernos. En fin, la cosa es que me atrapo, nos atrapo.


La primera temporada fue fácil, fui derechito hasta un conocido Centro (polvoriento y azul) Comercial y camine hasta un stand -no diré el habitual, para que no se den cuenta que compro pirata- y adquirí, por una módica suma, la temporada completita: 6 idiomas a mi elección, los comentarios del director e imágenes adicionales, sólo para los que compran el dvd “original”, obvio. Ahora que lo pienso, quizás debí preocuparme cuando el vendedor me dijo “provecho”; quizás debí haberle peguntado ¿provecho de que, loco?; quizás debí haber tomado precauciones; quizás debí haberme levantado del sofá las siguientes 13 horas.

Ahora te respondo a ti, señor vendedor: Gracias, servido.


La segunda y tercera temporada no, no fueron tan fáciles. El amor duele y yo, estimados señores, estaba enamorado: Dolido. La cochina huelga de guionistas, el cochino distribuidor de series, las cochinas calles que no me dejaban llegar y mi cochina falta de valentía –y memoria en la computadora – para descargarme las temporadas completas hizo que nuestra relación se convierta en una relación a larga distancia. Lo poco que sabía (y mucho que pensaba) lo sabía por foros, blogs, noticias e internet.

Ahora, en la cuarta temporada, cansado de infidelidades, tentaciones y malas noches, me descargo los capítulos al mismo tiempo que los emiten en Estados Unidos. Ahora, yo soy el bacán, yo soy el distribuidor, yo soy EL MEN.


Me encontré.

Sácate el disfraz, ya te descubrí


Y que te crees tu? Con ese perfil felino, con esa mirada indiferente, temible. Y que te crees tu? Con zanahorias de sombrero, adornando tu cabeza. Qué te crees tu, dímelo ahora, mordiendo por la espalda. Sabiéndote engreído, protegido. Atacando cuando no lo esperan, cuando no te ven venir. Y que te crees tu? Fiera casera, con ese disfraz de mascota, escondido en el hogar.

martes, 18 de noviembre de 2008

Y que levante la mano...


Que levante la mano, quien no sufrió por amor. En mi caso, como se podrán imaginar, sería un poco más adecuado levantar los brazos, las piernas y un poquito de la lengua.
Antes de comenzar a ventilar mis penas, desventuras y travesías, me parece justo que sepan quien y cómo soy.
Mi historia en estos parajes (de mucho sufrimiento y poco arrepentimiento) comenzó, como en la gran mayoría de los casos, con una chica. No fue la primera ni tampoco la última: fue la especial. La conocí en víspera navideña, la conocí porque quise, la conocí porque me atreví, la conocí porque no me aguante. Me acerque y le dije que la necesitaba, que era urgente, que era una medida desesperada y que era un asunto de vida o muerte. No se si por confusión, amedrentamiento o simple simpatía, me sonrió. Dios mío, que tal sonrisa.

-Cabe mencionar que si algo nos caracteriza – a mi hermano y a mi – es que somos conversadores, nos aburrimos estando callados y carecemos del chip de la vergüenza. –

Un hombre de nieves tenía más expresión que yo: el chupacabras envidiaría la sorpresa que esta chica pudo causarme. Para resumir, me quede sin palabras. TODO mi discurso enamorador se fue al diablo, todo lo gracioso, coqueto y sonrojador que iba a decir se quedo, no en la punta de mi lengua; sino, en el nudo de mi estomago. Felizmente, ella retomo las riendas de la conversación, tomo posesión de la situación y de mi machacado cerebro.

En este, mi primer post, no contaré toda nuestra historia; es más, no la contaré en lo absoluto. Sólo diré, con certeza, que fui el hombre más feliz del mundo y, cuando terminó -si es que eso es lo que pasó-, no fui el más triste de todos.
Por favor no crean que esta web será uno de esos blogs de jóvenes despechados, descorazonados, acongojados y resentidos; por el contrario, Luciano y yo creemos ciegamente en el amor, en la pasión y en los finales felices: nos criaron así, crecimos viendo eso, nos creímos eso.

Entonces, ¿Qué es esto? ¿Una especie de terapia virtual?, pues, quien sabe, espero podamos llegar a una conclusión en el camino.

Corazón anticuchado


Hace un tiempo, casi sin darme cuenta, me expuse. Más de la cuenta, mucho más de lo necesario. Hoy, a poco más de un año, no me arrepiento. En lo absoluto.
Enamorarse es como ir a un casino, es timbear. Algunos, ganadores por naturaleza, entran ansiosos, sabiendo las reglas y mañas, sabiendo que ese día, en ese casino, no van a perder. Otros, instintivamente precavidos, guardan su distancia. Saben que con cautela no habrá mucho que lamentar. Concientes de los riesgos, apuestan lo necesario, nunca más de lo que tienen. Nunca más de lo que estén dispuestos a perder.

En mi caso, para que se hagan una idea, entré vendado al casino más ilegal de todos, al que nunca se le gana. Ese día y en ese casino, el azar ocupa un papel secundario. Lo primordial, lo único indispensable es entrar sabiendo que, en esta oportunidad, lo lamentamos mucho pero no vas a ganar – De repente no lo recuerdes, de repente no lo quieras aceptar, pero no lo olvides, hazte un favor y no lo olvides. Reza, invócate a la virgen y todos su santos, baja a las puertas del infierno si es lo que necesitas y pídele al diablo mismo que te de memoria. Que la fama y la fortuna no te interesan más. No te interesan cuando la tienes a tu lado. Porque no hay mayor gloria que verla e imaginar un futuro, ese futuro que imaginaste tan bien, tan real, a su lado. Pídele memoria a quien quieras, al que nunca te ha fallado, al que siempre te apoyó. Por lo que más quieras, te ruego no olvides que no vas a ganar, no puedes ganar-. Lo olvidé.
Entré completamente expuesto, con los ahorros de mi vida y sin saber que hacer ni donde estaba. La suerte, como era de esperarse, no estuvo de mi lado, no se apareció ni para saludar. Ni siquiera para recordarme que muy a su pesar, en esta película, justo en mi película, se quedó dormida a la hora de los castings. Que no cumple ningún rol. Perdí. Perdí todo. Perdí mucho más de lo que estaba dispuesto a perder, perdí lo que no supe estaba en juego. Si, perdí mal. Perdí feo.

Me enamoré sin precauciones, sin protección. Me enamoré convencido que sería por siempre, convencido que estaba, salidito de fábrica, con una armadura invisible, naturalmente protegido, que las precauciones y la protección eran innecesarias para mi amor. Que tanto amor no podía ser mentira, no podía ser falso. Tenía que ser real y, sobre todo, por siempre. Lamentablemente, “por siempre” duró mucho menos de lo esperado. No le hizo justicia a su nombre, no le hizo justicia ni a su característica personal ni a mis esperanzas.

Me quedé, como era de esperarse, con una incertidumbre devastadora. Y ahora? Y nuestro futuro? Que fue? Fue? En serio? Estás segura? 100%? Me lo juras? Ok, gracias. Un gusto. Chau. Au.

Te extraño. Cómo que no te diga eso? Qué te digo? Que no te extraño? Ya, te miento, que fea estás. Si, estás fea y no, no te extraño. Es más, vete, vete ahorita que de verte, me dan ganas de llorar, pero no, no es de la pena, sino del asco, por lo fea que eres. Perdóname, si es de la pena, pero no es por ti. Si, si es por ti, porque te extraño.

Pensé, en un momento, que podía morir. No por suicidio, nunca a esos extremos, sino porque mi corazoncito, débil desde sus inicios, no iba a aguantar aquel golpe. No sería tan malo - me dije. Si me muero, así de la nada, y con una mano en el corazón, es obvio que van a saber qué es lo que me falló. No sería como que me encuentren agarrándome con una mano el pecho y con la otra apretando una botella llena de ácido muriático. Si me muero, sólo por el mal de amor, ojalá salga en los periódicos. Ojalá salga en los noticieros y revistas. Que digan que, por culpa de un amor no correspondido, de una promesa incumplida, un joven murió. Que el amor, desde ahora, si mata. Que la frase, “me muero por ti” deje de estar ajena de veracidad, que el que la diga, lo crea o, por lo menos, le tema. Si es que me muero por esto, si es que me muero así, gané. Romeo dejó de ser el mejor, dejó de ser el máximo galán, el último romántico. Veneno toma cualquiera, quién le gana a mi corazón que dejó de latir por su ausencia? Hagan sus apuestas.

Mi hermano y yo hemos creado este blog para contar nuestras historias. Algunas son verdaderas, otras no tanto. Lo que es verdad es que tenemos mucho que contar y que, en estos momentos, siento mi corazón anticuchado. Atravesado y en pedacitos.