Sólo quiero que me engrías. Sólo quiero escuchar cuanto me quieres y lo mucho que me necesitas. Sólo necesito recordar lo que en algún momento me hiciste sentir, lo indispensable que fui. Sólo necesito verme reflejado en tus ojos y saber que aún eres mía.
La memoria es mi enemiga, traicionera. Me enamoró con recuerdos llenos de colores y sensaciones llenas de realidad, me traicionó de la peor manera: sin recibir a cambio nada más que mi desprecio y odio eterno. Si pudiera elegir, sería el desmemoriado más feliz de todos. Elijo vivir sin recuerdos que me atormenten, sin imágenes que se resisten a partir y que se reflejan sin pedir permiso, sin saber cuanto daño hacen. Recordar es para los fuertes, de eso no tengo duda. Ya no quiero recordar, no me quedan fuerzas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario