martes, 24 de marzo de 2009

Hasta que por fin

10 de Enero del 2008: La última vez que me dijiste que me amabas.


Para ser sinceros, cada día pienso menos en ti. Ya casi nunca sueño contigo, casi nunca suspiro. Nunca, hablo de ti.
Lo malo es que cada cierto tiempo hay días como hoy. Días que me despierto pensando en tu sonrisa, en tus besos, en tus abrazos, en ti.
Hay días en que me acuerdo lo mucho que nos quisimos, lo bien que la pasamos y las promesas que nos dijimos.
En días como hoy, me pongo a pensar en QUE FUE lo que hicimos mal, que errores cometimos, en que fue lo que nos pasó.
…..
A media mañana ya pensé suficiente. Me di cuenta que te di todo el amor que era humana (y, de repente, universalmente) posible dar. Que no solo te regale mi corazón; sino mi cuerpo: mi alma.
En tu primer cumpleaños juntos te prometí seguridad, te prometí amor y te prometí respeto. Ahora, estoy contento porque se que cumplí mi promesa. No hubo día en que no me haya despertado con ganas de verte y hacerte sonreír, de hacerte sentir amada, importante; vital. Lo hice todo por nosotros, para que funcione, para que perdure, para que crezca.
Qué pasa cuando todo tu esfuerzo no es suficiente? Te sientes mejor o te sientes peor?. Me debería sentir tranquilo porque no estuvo en mis manos o espantado por mi falta de poder?.... Bueno, decido sentirme tranquilo, orgulloso, feliz.
…..
Creo que me desperté pensando en ti porque me acosté pensando en otra persona… porque ya no estoy enamorado de ti, porque ya no te amo como loco.
Me imagino que es normal sentirme un poco culpable, un poco avergonzado, un poco intimidado. Darse cuenta que “el amor de tu vida” no es para toda la vida no es cosa de todos los días.
Entonces, este es un post escrito por ti pero dedicado a ella (por más que ninguna sepa de la existencia de este blog). Es un post que dice que te ame y que estuve dispuesto a todo por ti… es un post que te dice que ahora estoy contento, estoy emocionado y estoy tranquilo.

Cuando se quiere, se quiere bonito.